Islas flotantes


Este postre ya nos lo hacía mi madre, en los años de la posguerra, y era motivo de alegría.

En aquellos años la vida era dura y un postre así nos ponía muy contentos. Es muy fácil de hacer y es adecuado para niños, personas mayores o enfermas, y  para todos los que les guste el dulce.

Se les llama islas flotantes porque la montaña de nieve flota sobre la natilla.

Tras un largo periodo de enfermedad también ahora es para mí una alegría continuar entregando nuevas recetas. Queríamos continuar este blog con un formato renovado y muy actual. Espero que os guste. Gracias por seguir aquí con nosotros.

Ingredientes:


Preparación:


Para esta ocasión, las natillas se pueden hacer con solo la yema del huevo (y guardamos las claras para las montañas).

Una vez hecha la natilla, la echamos en una fuente y, muy importante, la dejamos enfriar y seguimos con el montaje del postre.

Batimos la clara a punto de nieve (o montamos nata) y colocamos unas “montañas” de claras encima de la natilla cuando esté fría.
Hacemos azúcar quemado mezclando el azúcar con un poco de agua y calentándolo todo en una sartén. Sobre cada montaña echamos el azúcar derretido cuidando al hacerlo con una cuchara y poco a poco, para que no se derrita la clara de huevo (o la nata).

Se pueden hacer en cuencos individuales, pero en una bandeja se ve mejor cómo flotan sobre la natilla.


El nacimiento de una isla

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